Una mejor práctica dentro de las empresas clave en el óptimo desempeño de la gestión está centrada en el control interno. El crecimiento acelerado y la búsqueda del incremento en los niveles de competitividad han contribuido a que las empresas cada vez más realicen ejercicios de planeación estratégica en donde es primordial la consideración de los riesgos y controles a los que está expuesta la organización.
Una de las razones principales por las que las empresas no adoptan sistemas de control interno es porque piensan que es muy complicado implementarlos, o bien, se tiene la creencia de que se deben incluir todos los elementos al mismo tiempo y en un mismo paso.
Además, la falta de institucionalización en la creación y crecimiento de las empresas, provoca que estas carezcan, tanto de una planeación estratégica bien estructurada que permita determinar los caminos a seguir para conseguir las metas y mitigar los riesgos, como de un sistema de control interno eficiente que les permita mantener y crear valor, facilitando el cumplimiento de los objetivos institucionales y de cada una de las áreas funcionales de la organización.
El Control Interno (CI) es un proceso efectuado por la dirección, la gerencia y el personal de una entidad, diseñado para proporcionar un grado de seguridad razonable con respecto al cumplimiento de los objetivos de la organización. Los principales objetivos que tiene el CI en las organizaciones son:
Promover la eficiencia y eficacia en las operaciones.
Asegurar la confiabilidad e integridad en la información financiera.
Lograr el cumplimiento con las leyes y regulaciones aplicables.
*.C.P. Luis David Aranda García
Gerente de Consultoría
Catedrático ESCA, Unidad Santo Tomás
C.P. Raúl Leonel García Suárez
Gerente de Consultoría
Catedrático ESCA, Unidad Santo Tomás
Fuente Auditool