El criptojacking en un entorno de nube es una actividad maliciosa. El negocio consiste en aprovecharse del hardware de los dispositivos infectados para realizar todo el proceso de minería de una criptomoneda.
Desde que se dio a conocer esta técnica, se ha convertido en una de las principales amenazas para la ciberseguridad de los usuarios de internet.
En este caso, el poder de las fuerzas del orden se unió con el del sector privado. Un proveedor de la nube, que no se ha identificado, se acercó a Europol en enero de 2023 con información sobre sus cuentas de usuario de la nube comprometidas. Europol compartió esta información con las autoridades ucranianas, que posteriormente abrieron una investigación.
Desde entonces, los tres socios estuvieron trabajando estrechamente para desarrollar pistas operativas y prepararse para la fase final de la investigación. El Centro Europeo de Ciberdelincuencia (EC3) de Europol instaló un puesto de mando virtual el día de la acción, apoyando a la Policía Nacional de Ucrania desde la sede de Europol, con análisis y apoyo forense sobre los datos recopilados durante las búsquedas.