El mundo se ha convertido en un lugar altamente interconectado, acoplado e inestable motivado por la dinámica de diferentes factores que crean zonas de incertidumbre permanente que se alzan contra los planes y pronósticos de las organizaciones. De acuerdo con el reporte “Global Strategic Trends 2055” realizado por el departamento de defensa del Reino Unido (UKMoD, 2024) seis (6) son los impulsores o habilitadores de cambios a nivel global:
Competencia por el poder global: El ascenso de China y la competencia entre Estados Unidos y China por la hegemonía global continuarán.
- Presión demográfica: El envejecimiento de la población en los países desarrollados y el crecimiento demográfico en los países en desarrollo plantearán desafíos económicos y sociales.
- Cambio climático y presión sobre el medio ambiente: El cambio climático tendrá un impacto significativo en la seguridad mundial, provocando migraciones, escasez de recursos y conflictos.
- Avances tecnológicos: Las tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial y la biotecnología, tendrán un impacto transformador en la sociedad y la seguridad.
- Conectividad creciente: La creciente interconexión global amplificará los riesgos y las oportunidades, facilitando la propagación de enfermedades, información y tecnología.
- Desigualdad y presión sobre la gobernanza: La desigualdad económica y social, junto con la erosión de la confianza en las instituciones, plantearán desafíos a la gobernanza global.
Estas seis realidades, manifiestan la naturaleza inherente de los riesgos sistémicos donde abundan muchas cosas que se saben y no se entienden, así como aquellas que se saben y no se conocen, sin mencionar esas que ni se saben ni se entienden. En pocas palabras, se demanda de las organizaciones superar la vista muchas veces “irreal” de que se conocen los riesgos y que se cuentan con las medidas necesarias para atender los posibles efectos de su materialización.
Lo que es “real” (sin perjuicio de incurrir en imprecisiones) es que tanto las organizaciones como las naciones aun abrazan la ilusión del control, esa perspectiva (poco creíble en la actualidad) de que al asegurar las mejores prácticas de seguridad y control es posible darle tranquilidad a los ejecutivos frente a los posibles eventos adversos, generando mayor claridad y espacio para una toma de decisiones tranquila y acertada.
Fuente: Jeimy Cano